“La minería usa entre 1 y 3% del agua disponible en el Perú y el 80% es de uso agrario. Estupendo que exista agricultura porque tiene una finalidad alimentaria; sin embargo, la regulación debería enfocarse también en ese uso”, señaló Julián Li, socio del área de Recursos Hídricos de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU Uria Abogados, en su participación como panelista en el Jueves Minero organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
De acuerdo con el abogado, no tiene sentido crear herramientas de eficiencia para el uso del agua solamente en el sector minero, cuando tenemos un sector como el agrícola que utiliza mucho más y se debe prestar atención.
Asimismo, reflexionó en que “según estadísticas de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), las actividades que producen mayor contaminación en nuestros ríos son las actividades poblacionales, nosotros como ciudad. Entonces, ¿hacia dónde debiera enfocar nuestra regulación para mejorar la calidad del agua? Ciertamente pareciera que es al saneamiento”.
En ese sentido, consideró que actualmente se habla mucho de la gestión de las cuencas hídricas, pero las cuencas no necesitan ser gestionadas, sino las intervenciones humanas que se realizan ahí, ya sean relacionadas al uso para las ciudades, la agricultura, la industria minera u otras.
Por su parte, Oswaldo Tovar, consultor de Ingeniería de Recursos SRL, quien también formó parte del panel de discusión del Jueves Minero, resaltó la importancia de dar mantenimiento a la infraestructura que provee de agua a las ciudades de nuestro país para asegurar la buena calidad del insumo. En el caso de Lima, hizo referencia al túnel Cuevas-Milloc y el túnel Graton.
En línea con eso, señaló que ante un activo relevante, hay cifras auditables de costos de mantenimiento o por lo menos de inspección anual. “Si no hay cifras auditables, quiere decir que nadie está haciendo nada en ese activo”, apuntó.